viernes, 30 de julio de 2010

COMPLETO



Eres completo en Jesús. Esa es tu nueva identidad. No eres ese que dijo tu papá, no eres ese que tus amigos dijeron que eras, no te pareces al que describe el mundo. Ni si quiera eres el que tu piensas que eres. Posiblemente tengas defectos, halla errores en ti. Seguramente te crees imperfecto, impuro, indigno de lo santo. Parece ser que, según lo que te dicen, no podrás continuar avanzando hasta la meta, que estás destinado a la derrota y al fracaso, le temes a fracasar. Pero quiero que sepas hoy que ERES COMPLETO EN JESUS. Que no importan tus defectos, tus errores, tus pecados, tus temores, tus imperfecciones, es cierto que has llevado una vida llena de errores, de malas decisiones, de desaciertos y tropiezos, pero hoy es un nuevo día y ERES COMPLETO EN JESUS. Si, nada te falta pues lo tienes todo con Él y en Él. De hecho Jesús (el que descendió) “es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” (Efesios 4:10). FUISTE HECHO COMPLETO EN JESÚS (Colosenses 2:10) así que bástate de su gracia por que su poder se perfecciona en tu debilidad, es tiempo de decir: “de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9). No tiene que ver con tu desempeño, con tus habilidades o con tus agilidades, se trata de que quien empezó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día en que Cristo venga (filipenses 1:6). Lo que quiero decir es que "Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿qué es lo primero que hace? Pues se sienta a pensar cuánto va a costarle, para ver si tiene suficiente dinero. Porque si empieza a construir la torre y después no tiene dinero para terminarla, la gente se burlará de él. Todo el mundo le dirá: ¡Qué tonto eres! Empezaste a construir la torre, y ahora no puedes terminarla.” (Lucas 14:28-30) Dios calculó lo que le costaría terminar la obra que comenzó en ti y pagó por adelantado con la misma muerte de su hijo amado. Gózate por que Él te ve como su obra terminada, de eso se trata la fe. “El mayor acto de fe –dice Paul Washer, misionero evangelista estadounidense- para mi, es mirarme al espejo de la palabra de Dios y ver todas mis fallas, todos mis pecados, todas mis deficiencias y creer que Dios me ama exactamente como el dice que me ama… Soy tan impuro, tan injusto e ignorante sobre las cosas de Dios que me siento tan avergonzado. Pero mi consuelo, mi alegría vienen de lo que Dios hizo por mi y de la obra concluida de Cristo”.
Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33) por tanto, “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)
Que resuene una y otra vez en tu cabeza que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38-39) Así que cobre ánimo tu corazón y no se desanimen, nunca se desanimen, porque no hay razón para desanimarse… Todas las cosas nos ayudan a bien.

sábado, 17 de julio de 2010

Resistencia y Fe


“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: Nuestra fe.” (1Juan 5:4)
Caminamos por fe, vivimos por fe. Cuando todo es oscuro y nada vemos, y caemos, y nos encontramos hundidos, y es más real en nuestras vidas la pesadilla que nos perturba por las noches, que el sueño de Dios, que es el día. Cuando lo que nos rodea no es precisamente la promesa de Dios y la desesperanza te abraza, solo nos queda caminar por fe, ver lo que nadie ve, creer lo que no parece, caminar sobre las aguas, resistir en el horno de fuego, esperar en la fosa de los leones. Continuar cuando todos renuncian, comenzar donde todos se rinden, allí está la fe, y el justo vivirá por ella. Levanta tus manos, el Señor hará. “Señor, tu has sido refugio para nosotros de generación en generación” (Salmo 90:1)

viernes, 16 de julio de 2010

PERFECTA HERMANDAD


Son de esos días en donde la playa de tu vida está desierta: los escombros de una guerra marina descansan sobre la orilla del mar, traídos por las olas del mar, típicas del trópico. Aquel día, la orilla hablaba de naufragios, de tormentas, de huracanes, de lamentos, de derrotas, de fallas y errores, de barcos a la deriva despedazados por la naturaleza misma del mar. Tu sabes que debes partir pero tienes miedo, es decir, ¿quién garantiza que llegarás a donde el sol se pierde?, ¿quién asegura que tocaras tierra de horizontes? ¿Quién eres para que dentro de unos días no formes parte de los escombres a la orilla del mar?
Hace unos días terminamos la grabación de una canción de la banda llamada “Naufragio”, no es casualidad el nombre de la canción, ni la letra, ni el ritmo, ni el momento en el que llegó a nuestras vidas, en especial a la mía. La vida a veces suele tornarse como un naufragio, vez a la izquierda de tu balsa y solo vez agua, vez a la derecha y hacia delante y hacia atrás y vez lo mismo. El sol arde, la luna congela, la soledad atormenta, el tiempo te dice que no hay nada que esperar, nace una canción llamada “Naufragio” y tú solo sobrevives.
Afortunadamente está la banda (Messiah), están los amigos, los hermanos que combaten hombro a hombro contigo el naufragio y la desesperanza del mismo, son tu apoyo, las personas que Dios puso a tu lado para que, mutuamente, se sostengan. Entiendes que la perfección solo es alcanzada en la unidad cuando estás con ellos, tal como lo dijo Jesús: “para que todos sean uno… PERMITE QUE ALCANCEN LA PERFECCIÓN EN LA UNIDAD” (Juan 17:21, 23)
Recuerden con amor a cada uno de sus hermanos en oración, gócense en sus alegrías y lloren con ellos en sus tristezas, canten canciones juntos, jueguen una buena partida de futbol, peléense y luego no olviden renunciar a su orgullo y pedir perdón, confiésense sus pecados y oren por fortaleza, manténganse firmes hasta que Cristo venga y anímense entre si con palabras que edifiquen, perdónense y, por sobre todo, vístanse del vinculo perfecto: de amor, porque “cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!... Allí envía jehová bendición y vida eterna.” (Salmo 133)