jueves, 10 de abril de 2008

El Habito Oculto

Pertenecer al ejército de Dios no es nada fácil. ¿Estamos de acuerdo? Si, se que tu, al igual que yo, piensas en esto como una realidad verosímil, tan palpable como la carne. Era curioso pensar de este modo el mismo día en que escuchara unas palabras de un predicador argentino al cual debes conocer (y si no te invito a que lo conozcas), se llama Dante Gebel. Para serles sincero, Dios me habló con aquella canción hablada de este argentino. En cuanto lo escuché me dije a mi mismo: YO NACÍ PARA ESTAR EN ESTE EJÉRCITO. Lee el texto con atención y si tienes la oportunidad de descargarlo por internet no pierdas tiempo, espero que después de leerlo o escucharlo creas que naciste para esto:
<-Lo siento- pareciera escucharse un ángel.
-le dije a Dios que usted vino a verlo pero me dice que ya no puede recibirlo, usted es demasiado inmundo para presentarse aquí-

Lo oculto arruinando lo público. Si te sientes identificado tengo unas palabras para decirte. Puedes excusarte a que no lo puedes lograr, puedes excusarte diciendo que ese hábito te domina por completo. Pero Dios está levantando un escuadrón diferente, un escuadrón de agentes que se levanta una y otra vez. Sus métodos son diferentes, pero resultan. No tienen mentalidad de montón. Son únicos en su estirpe, con licencia para atar demonios. Es la fuerza especial de emergencia en combate contra los ejércitos invasores. Combatientes espirituales en estado de alerta. La fuerza de choque del nuevo siglo. Un escuadrón para las líneas de vanguardia. Una división armada y peligrosa que pone las reglas. Violentos espirituales que solo pelean en las ligas mayores. La peor pesadilla del infierno que jamás se halla levantado. Un ejército de intocables al servicio del general de generales. Una fuerza que desconoce el significado de la palabra derrota. Los únicos capaces de descender al mismo infierno y desafiar al enemigo. Combatientes que no esperan que las cosas ocurran sino que ellos hacen que ocurran. Agentes con una sola consigna: EVANGELIZAR O MORIR. Retroceder nunca, rendirse jamás. Combatientes en alerta roja que viven en el ojo del huracán. No hay una tercera opción: o eres único o parte del montón.>>