lunes, 8 de febrero de 2010

Respiracion


Cada día respiramos unas 26.000 veces, aproximadamente unos 14.000 litros de aire. Deberíamos respirar desde los pulmones (zona intercostal baja) y no desde el pecho, pero debido al estrés, las distracciones y las ocupaciones del día, nos olvidamos de respirar correctamente. Cuando nos movemos muy rápido tendemos a respirar con el pecho. Deberíamos tomar entre 4 y 6 respiraciones por minuto; pero la mayoría de nosotros tomamos entre 16 y 20 respiraciones en este mismo lapso de tiempo. Los expertos dicen que el 99% de nuestra energía debería ser obtenida a través de nuestra respiración, y afirman que solo accedemos a 10% a 20% de esa energía. Es decir, con todo lo que nos ocupa en la vida diaria, ¿Quién piensa en su respiración? Ahora, hay una historia sobre un pastor llamado Moisés, quien vivía en una tierra llamada Madián (Éxodo 3). Y Dios se le aparece en medio del desierto y le habla a través de un arbusto ardiente, y Dios le dice: “Moisés, quítate las sandalias porque la tierra que estas pisando es sagrada.” Moisés a caminado por estas tierras durante 40 años. No es como si la tierra se hubiera vuelto sagrada de repente. No es que esa tierra haya cambiado. Es que Moisés se percata de ella. Lo cual nos hace preguntarnos: ¿estamos parados en tierra sagrada todo el tiempo? ¿Pasamos de largo arbustos ardientes por la izquierda y la derecha y, como vamos tan de prisa, tan distraídos, no nos damos cuenta de que están allí hablándonos? Lo cierto es que Dios ha escuchado el clamor de su pueblo esclavizado por los egipcios y quiere que Moisés vaya a rescatarlos. Entonces, Moisés dice: “Bueno, pero si voy a ellos y les digo que Dios los quiere liberar me van a preguntar: ¿como se llama este Dios?”, es cuando Moisés le pregunta: “¿Cuál es Su nombre?” y Él le responde: “Moisés, dile que te envía el Señor”. Este nombre (Señor) si leemos una traducción al español de la Biblia se escribe con letras mayúsculas: “S-E-Ñ-O-R” el nombre aparece más de 6.000 veces en la Biblia, pero originalmente no estaba escrito en español, estaba escrito en hebreo. Y en hebreo, el nombre está formado por cuatro letras: “Y”, “H”, “V” y “H”. En este mismo idioma, se pronunciarían “Yod”, “Hey”, “Vav”, “Hey”; algunos pronuncian este nombre como “Jehová” o “Yahveh”; aunque en muchas traiciones el nombre ni siquiera se pronuncia por ser considerado tan sacro, tan misterioso, tan sagrado. De hecho, los antiguos rabinos creían que estas letras en hebreo eran esencialmente sonidos de la respiración y que el nombre es sencillamente impronunciable porque las letras, estando juntas, esencialmente suenan a respiración. ¿Es el nombre de Dios el sonido de la respiración? (...)

En Efesios 4:6 dice que “hay un Dios y Padre de todos, que está sobre todo y a través de todo y en todo”; en el libro de hebreos, capitulo 2, verso 10 dice que “hay un Dios para quien y a través de quien todo existe”; en las palabras de Jesús: “Dios es espíritu” y nosotros somos creación sagrada de Dios. El aliento de Dios fluye a través de usted y a través de las personas junto a usted. ¡EY! ESTAMOS PISANDO TIERRA SAGRADA y hay santidad en las personas que nos rodean. Tu trato hacia esas personas a tu alrededor debe ser el mejor. Jesús dijo que lo que hagan por los demás, también lo estarán haciendo por él (Mateo 25:35). Dios está allí porque está aquí. No es necesario que alguien esté de acuerdo con esto para que sea verdad. Dios ya nos ha dado vida y el aliento que acabamos de tomar, y el aliento que tomamos antes de ese, y el que vamos a tomar, y el que tomaremos después de ese. Cuando nace un bebé ¿Qué es lo primero que debe hacer para sobrevivir? ¿Debe respirar o decir el nombre de Dios? Y ¿Qué es lo último que uno hace antes de morir? Lo que hacemos en ese momento es tomar el último hálito de aire, justo cuando ya no podemos decir el nombre de Dios, y entonces morimos. Es posible que uno comparta una comida con un amigo que no cree en Dios, y puede que, estando sentado frente a ese amigo, él diga: “DIOS-NO-EXISTE” Y lo que uno este oyendo sea: “Yod, Hey, Vav, Hey” (el sonido de su respiración).
Que puedan llegar a ver que Dios está aquí, ahora, con nosotros todo el tiempo. Que puedan llegar a ver que el suelo que pisan es sagrado, y al desacelerar sus vidas cobren conciencia de que es en “Yod, Hey, Vav, Hey” que vivimos, y nos movemos y respiramos. Que vean que es Él nuestra respiración, nuestro aire, nuestro primer y último aliento.


Rob Bell (Nooma)