sábado, 9 de julio de 2011

Eso es lo que Jesús hace


Isaías 41:10
Recuerdo que una vez, un investigador interesado en las características del éxito y del fracaso, conoció a dos hermanos que, aún cuando se criaron y crecieron bajo una misma situación, tomaron rumbos muy diferentes. Uno: un borracho que pasaba sus días en el bar bebiendo con desmesura, el otro: un exitoso empresario con una familia feliz. Cuando el investigador le preguntó al borracho porqué su vida había tomado ese rumbo, este respondió:-Resulta que cuando éramos niños, nuestro padre llegaba borracho todas las noches a casa luego de haber gastado todo su sueldo en licor y a veces maltrataba a mi madre con brutalidad desmedida por aquellas noches. Con este ejemplo ¿Qué quería usted que yo hiciera?- La misma pregunta fue respondida por el empresario exitoso: -Resulta que cuando éramos niños, nuestro padre llegaba borracho todas las noches a casa luego de haber gastado todo su sueldo en licor y a veces maltrataba a mi madre con brutalidad desmedida por aquellas noches. Con este ejemplo ¿Qué quería usted que yo hiciera? Estaba comprometido conmigo mismo y con la que sería mi futura familia en ser diferente-
Recuerdo también (parafraseadamente) las palabras de un boxeador que hicieron eco en mi: “Recuerdo el sabor de la arena, aún mas la textura de cada uno de los guantes con los que fui derribados. Pensé que nunca más volvería a levantarme, pero el luchador seguía dentro de mi”.
He creído desfallecer. Decepcionado de mi mismo, he creído no tener fuerzas. Autosaboteado, he querido tirar la toalla y renunciar. Pero Dios se ha empeñado conmigo. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

2 Corintios 12:9
No tengo nada para ofrecerte, no soy perfecto, no tengo valor alguno y si me preguntas sobre mí pecado quizás te horrorices y te cubras la cara, soy débil y no hay nada bueno en mí. Tú no me quieres a mí… Pero es precisamente por eso que me quieres. Paul Washer cuenta: “A veces los jóvenes me preguntan, Hermano Paul, ¿cual es el secreto?, ¿Cómo es que predicas de la manera que lo haces? ¿Cómo es que hablas de ese tipo de cosas? ¿Cómo es que vemos el poder de Dios a través de ti? ¿Cuál es tu secreto, hermano Paul?... Él me encontró en un charco de vomito, ese es mi secreto. Que no soy muy sabio y noble, soy el jefe de todos los pecadores. Yo era lo más vil de todo lo vil, ese es mi secreto, eso es lo que Jesús hace. Yo no tenía nada, ese es mi secreto”
No se trata de lo bueno o lo perfecto que puedas llegar a ser, no se trata de que estés o no preparado, Jesús te prepara, el te capacita, el te forma, el es el que te perfecciona. Eso es lo que Jesús hace (Filipenses 1.6). Hace que todas las cosas nos ayuden a bien. ¿No tienes nada? Es exactamente eso lo que Dios necesita de nosotros, nada. Si no tienes nada, entonces bienvenido a la familia de Dios. “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”
“Si vencemos, se hablará por boca de amigos y enemigos, todo el tiempo que exista el hombre sobre la tierra, de nuestra audacia o de nuestra inhumana astucia. Si nos derrotan ¿Qué importa lo que se diga de nosotros? No estaremos aquí para escucharlos, ni en ningún otro lado que no sea dos metros debajo de donde crece el pastito de Dios” (Andrés Rivera)

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanta palabras tan sinceras y realess Me encanta! este blog!