viernes, 8 de julio de 2011
eMot!oN !!!
Bato la cabeza un rato en el nombre de Jesús al ritmo del rock que está a explotar en mis audífonos. Sentado, con lágrimas contenidas en mis ojos, los latidos del corazón que arremeten fuertemente contra mi pecho están por romperme. Las percusiones de la canción suenan violentas, la voz desgarradora es similar a la de mi alma en desespero. Me derrumbo en un día más en dónde mis emociones hacen estragos luego de ver la gravedad de mi pecado. “Como perro que vuelve a su vómito Así es el necio que repite su necedad.”(Proverbio 26:11)
Me levanto pronto de la silla, me quito los audios luego de limpiar las lágrimas que lograron escurrirse en mi arrebatadora danza, y camino hacia la puerta: el mundo me espera, la congregación me espera: soy líder.
Los cristianos no tienen la menor idea de lo recurrente que es la escena descrita en las líneas anteriores. ¿Cuántas lágrimas se derraman a causa del pecado? ¿Cuánto dolor ocasiona en la vida de un cristiano verdadero fallarle a Dios? Cuánta fuerza se necesita para levantarse de la cama un día mas y buscar el refugio sobre tus rodillas en medio del asqueroso mundo en el que vivimos, lleno (atiborrado) de pecado. Una Biblia y la disposición de vivirla con todo tu ser es suficiente, considerando que vivirla admite locura, desesperación, obsesión, obediencia y sacrificio. Es la emoción de la vida y la muerte juntas, lo que te impulsa a correr con los vestidos en la mano cuando te encuentras frente a la mujer extraña, cuyos pies descienden a la muerte (según Proverbios 5:5). Es la adrenalina de ser exactamente lo que dice jesús que eres. Bastante tiempo ya has pasado en tinieblas como para que no te hayas dado cuenta que “Nuestro miedo mas profundo no es no estar a la altura. Nuestro miedo mas profundo es nuestro poder inconmensurable. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad la que nos aterra. El disminuirse no le sirve de nada al mundo, no hay sabiduría en encogerse para que otros no se sientan inseguros junto a ti. Nuestro destino es brillar como los niños. No está en algunos de nosotros, está en todos. Y conforme dejamos que nuestra propia luz brille inconcientemente permitimos que otros hagan lo mismo. Y al ser liberados de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros.” (Escena de la película “Coach Carter”)
Mantente en la identidad que Dios te ha dado, mantente aferrado a la cruz, pon siempre tu mirada en ella, en esa cruz en donde tus pecados fueron lavados, fueron borrados. Pon tu mirada en la cruz que te acercó al Padre. Dios sabe cuánto cuesta tu salvación, cuanto cuesta tu sanidad y cada una de tus lágrimas, y pagó por ellas. No me digas que no puedes porque no es eso lo que me enseñaron en la escuela dominical, todo lo que recuerdo es que TODO LO PODEMOS EN CRISTO QUE NOS FORTALECE. Si has de caer habrás de levantarte, tal como lo hacen los justos. Si es necesario comenzar de nuevo, empezaras entonces otra vez, y una y otra y otra vez hasta que sepas que Dios se ha empeñado contigo y no te soltará hasta que haya perfeccionado la buena obra que empezó en ti. ¿Te cuesta caminar el camino? ¡Que bueno!, es el camino angosto y eso es normal, si fuera fácil todos los estarían caminando. ¿Nada te sale bien? ¡Excelente! Le estorbas a satanás y hará todo lo posible para derrumbarte. Querido hermano, Jesús no prometió un camino sencillo, pero si una victoria segura. Que encuentres fuerzas todos los días de tu vida en Cristo Jesús, que halles gracias delante de su trono, que te alcance su misericordia y te provea Dios de valentía. Sientas o no sientas Dios está contigo librando la batalla por tu alma. Tu solo vive la emoción de estar cerca de Dios.
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